Como imagen viajera (a lo largo del año la Virgen se desplaza a Pozoblanco y Villanueva y el resto del año permanece en el santuario), Nuestra Señora de Luna ha necesitado de andas para los traslados y romerías. Las más antiguas de que tenemos noticia datan de finales del siglo XVI y fueron doradas a principios del siglo XVII.
La fama y popularidad de Nuestra Señora de Luna está consignada desde hace siglos. Los pozoalbenses la invocaban con rogativas y la procesionaban en los momentos de necesidad o peligro, como cuando había falta de lluvias (“por los buenos temporales”) o en el caso de epidemias. Un informe sobre la villa firmado a finales del siglo XVIII por el vicario, Bartolomé Herruzo, afirma: “Dentro del Pueblo no hay Santuario e Imagen Célebre, pero sí en el término, a distancia de dos leguas entre Levante y Sur está uno erigido donde se da culto a la Imagen de María Santísima con la advocación de Luna, cuya aparición es antigua, y por su intercesión han logrado los naturales muchos beneficios de la Divina piedad”.
El ayuntamiento pozoalbense decidió en 1960 sustituir el nombre de la denominada hasta entonces calle del Cerro rotulándola con el de Virgen de Luna. Uno de los colegios de la ciudad lleva igualmente su nombre así como numerosas empresas.