Dichas
representaciones van acompañadas de varios símbolos muy significativos
que son comunes en el atuendo de la Virgen del Carmen, como son los
grandes zarcillos, larga melena castaña y el escapulario marrón y capa
blanca. Este último, identificado como dos piezas unidas por dos largas
bandas o cordones, se ubica tras la promesa de la Virgen de liberar del
Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su
vida, de ahí que dicho objeto sea uno de los elementos más destacados
de la simbología carmelita.
La imagen porta una gran corona dorada rodeada de un nimbo con trece
estrellas, larga melena castaña y grandes pendientes. Destacan sus
inmensos ojos rasgados y fisonomía de mujer adulta sin perder la dulzura
y candidez de la juventud.
Con apariencia de ser virgen de candelero, dejó de serlo en la década de
los años setenta, con la intervención de Ortega Bru que creó un cuerpo
para convertirla en imagen de cuerpo completo. Hay que destacar que
aunque el cuerpo sea contemporáneo, la cabeza, ambas manos y el Niño son
del siglo XVII, mismo siglo en el que la devoción por la Señora surgió
en la localidad de Rute.
Existen
muchas hipótesis que apuntan a la autoría de las partes esculpidas en
el siglo XVII a Luisa Ignacia Roldán -La Roldana-, que aunque no existe
ningún documento que lo atestigüe intentaré hacer una breve similitud
con obras de la flamante escultora.
La Roldana fue una de las escultoras más "desconocidas" en su momento ya
que era más importante su padre -Pedro Roldán-. Imaginera barroca del
siglo XVII y principios del XVIII que destaca por la creación de belenes
y natividades. Sus retratos eran caras bellas pero a su vez
humanizadas, se llegó a creer que eran retratos de allegados suyos.
Nació en Sevilla pero se trasladó a Madrid tras su matrimonio; la mayor
parte de sus obras se crearon allí y se trasladaron al resto de España.
Me he centrado en dos imágenes muy significativas para que se aprecie la
deferencia en la talla de Luisa Roldán, la Virgen de La Estrella de
Sevilla y La Virgen Peregrina de Sahagún de León. Ambas obras de la
artista en su época sevillana, pero muy diferentes estéticamente. Ambas
son imágenes de candelero como la patrona de Rute en sus comienzos
-siglo XVII- y obras de culto o procesión.
Verdaderamente con la que guarda más similitud es con la Virgen
Peregrina de Sahagún, dejando atrás la estética del peinado, corona y
pendientes. Basémonos en el rostro. Frente despejada, ojos serenos y
rasgados, zona amplia del arco de las cejas. Pómulos esplendorosos
dejando paso a una pequeña boca carnosa y un mentón poco acusado. Sin
dejar atrás la línea recta, que predomina en ambas, en la nariz.
Mi felicitación a todos los devotos y eruditos del arte que disfrutan de
su belleza. Tengo que decir que aunque no esté probada su autoría de
dicha imaginera, no cabe duda que es una talla elegante y muy bella y se
ve el buen hacer del escultor, sea cual sea. Queden satisfechos todos,
no sólo desde el punto de vista religioso sino también desde el
artístico, estamos ante una imagen de gran calidad.
Cristina Zambrano Camacho
ARCHICOFRADIA DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN, PATRONA DE RUTE.
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