En Vilanova dos Infantes, preciosa villa medieval de la Provincia de Ourense, se encuentra el Santuario de Nuestra Señora del Cristal, data del siglo XVII y es famoso por una pequeña imagen de la virgen dentro de un vidrio macizo, mas pequeño que un huevo de gallina, sobre 5 cm y con forma cilíndrica, que dicen es la virgen más pequeña del mundo; lo singular de la talla es que no se le ve señal alguna de unión ni soldadura.
Fue encontrada en el año 1630. Tal fue la fama del hallazgo, que el propio Rey Felipe IV pidió que se le llevara a palacio la imagen para que fuera examinada por eruditos de la época. Al no encontrarle explicación alguna a la composición ni existir en aquella época técnicas conocidas para realizarla, se le consideró como un hecho milagroso.
La imagen sale en procesión desde su santuario al pueblo de Vilanova el 15 de septiembre, en cuya plaza le espera otra procesión con las imágenes de San Roque y San Sebastián, debiéndose la presencia de estos santos a haber intervenido también ellos en curar la peste en el pueblo en un milagro “compartido” con la Virgen.
Las imágenes se saludan entre sí y seguidamente se organizan unas danzas únicas en Galicia, posiblemente creadas por el gremio de los zapateros, dado que Vilanova fue siempre centro artesanal de calzado. Ocho jóvenes con trajes blancos con puntillas y encajes, bandas de color verde y rojo y curiosos sombreros de paja y flores de papel, interpretan diversos bailes. La fiesta termina con la celebración de la misa y la romería.
Sobre la aparición de la Virgen existen varias leyendas, siendo la más conocida la relatada en su poema “A virxe do Cristal” por el poeta Manuel Curros Enríquez.
El argumento recogido del pueblo por Curros cuenta la historia de A Virxe do Cristal, que transcurre en 1630. Los protagonistas son Rosa y Martiño, una pareja de enamorados. Ambos trabajan para el señor del castillo de Vilanova, que vive en la Corte y que no viene más que para cobrar la renta y el fuero. Otro personaje es Xan de Ventrances (rival de Martiño por el amor de Rosa, pero a quien ella rechazó), que le comenta a Martiño calumnias sobre la virtud de su novia. Martiño da crédito a las palabras de Xan y rompe su relación con la chica.
Entonces la Virgen María se le aparece en sueños a Rosa para reconfortarla y al día siguiente cae del cielo, junto a un rayo, un cristal con la imagen de la Virgen dentro. Martiño encuentra el cristal pero no se cree que sea una prueba que demuestre la pureza de su novia. Al día siguiente, Rosa se encuentra con el cristal y la Virgen le dice a Rosa que la ha enviado Dios para demostrar su pureza, a la vez que manifiesta su deseo de que le levanten una capilla en aquel valle. El pueblo celebra el milagro y Rosa entra en un convento. Martiño se venga de Xan arrancándole la lengua. La narración acaba con la muerte de Martiño en Allariz, congelado en una noche nevada, al pie del convento de Rosa.
La otra historia es así:
La historia relata y, en cuanto a los hechos que dieron lugar a la aparición, describe el suceso de tal manera: “En un siglo pasado, años de 1630, trabajando un labrador en una heredad que tenía (...) halló el cristal con la imagen dicha de Nuestra Señora y aunque advirtió la singularidad, no haciendo mucho aprecio de lo que por si y por las circunstancias merecía mucha admiración, metió el cristal en la faltriquera y prosiguió trabajando como antes, pero a poco tiempo advirtió que el cristal pesaba tanto que no le dejaba fuerzas para moverse. Admirado con tan extraordinario suceso (...) lo arrojó en el suelo, no haciendo estimación del favor que le hacía el Cielo. (..) Al día siguiente pasó por aquel sitio una pastorcilla y hallando el cristal le tomó en la mano y admirada (...) se presentó al cura y le entregó el cristal diciéndole el sitio donde le había hallado. (...) El cura consultó el caso con el Ilustrísimos señor Obispo de Ourense, quien la mandó poner a la pública veneración y que se fabricase una capilla en el lugar más cómodo y contiguo al sitio donde fue hallada”. La imagen viajo a la corte donde fue admirada y venerada por la familia real la cual aprecio la singularidad de la misma.
Desaparece en un crimen una de las Vírgenes más pequeñas del mundo
La Guardia Civil busca la figura del siglo XVII de la Virxe do Cristal que custodiaba el párroco de Vilanova dos Infantes, hallado muerto con señales violentas en marzo del 2015.
Nadie sabe nada del paradero de la Virxe do Cristal, una de las tallas marianas más pequeñas del mundo. Las sombras que rodean el crimen de Adolfo Enríquez, el cura de Vilanova dos Infantes (Celanova, Ourense) asesinado a golpes esta semana sin que nadie oyese o viese nada, envuelven también este minúsculo bloque de vidrio del siglo XVII y de solo cinco centímetros, que el sacerdote guardaba en su vivienda. Temía que fuese robada del santuario levantado en el lugar donde un labrador la encontró en 1630. En ese templo, salvo los días de culto, hay una réplica. Anteriormente, en Vilanova ya fue robado un valioso copón del que nunca más se supo.Cuando hace unos días, el hermano del cura, su cuñada y un vecino entraron en la casa, descubrieron al perro encerrado, el cadáver en un pajar y el caos. Todo estaba revuelto. Incluso habían quitado las sábanas. Don Adolfo solía llevar la imagen encima pero, aquel día, los investigadores no la encontraron ni en su cuerpo ni en la primera inspección. Además de él, una monja de Celanova sabía exactamente en qué lugar o lugares de la casa rectoral solía esconder la figura. A la muerte, se sumó entonces la incertidumbre que consumió la fe de los devotos durante día y medio. La policía judicial vetó la entrada a la vivienda, precintada y vigilada aún hoy. Cuando la religiosa pudo acceder, confirmó la temida falta al certificar que también habían profanado el armario en el que ocultaba la Virgen. El arcipreste de la zona tampoco dio con su rastro.
La monja y el cura fraguaron su amistad hace un cuarto de siglo, cuando ella trabajaba como asistente social y él echaba una mano a personas necesitadas. Últimamente y ante los problemas de oído que sufría el hombre, incluso lo acompañaba, de aquí para allá, a oficios, sepelios y todo tipo de actos. Aunque don Adolfo nunca alertó de problema alguno, algunos allegados explican que, desde hace tiempo, estaba “angustiado” porque el teléfono y el timbre sonaban constantemente. ¿Quién lo llamaba tanto? “Gente extraña pidiendo dinero”, responden. Los vecinos relatan que era demasiado confiado: “La puerta de la casa siempre estaba abierta para cualquiera. Por las noches, incluso dejaba la entrada del patio arrimada para que entrase el perro”. En el pueblo, todos sabían que guardaba la cristalina talla en casa y, unos días antes, se la mostró a turistas.
Con la investigación bajo secreto sumarial, de las pesquisas solo ha trascendido que el hombre murió a golpes y que el crimen está vinculado al robo. El obispado ya ha denunciado formalmente la desaparición de la Virgen, analizada en varias ocasiones. Y, según relata la comunidad religiosa, todos los expertos concluyeron lo mismo: dejando al margen el valor económico, su singularidad radica en la complicada –milagrosa para los creyentes– elaboración de la talla con los medios técnicos de hace 400 años.
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